Cuando en la práctica totalidad de las masas de agua de España que contienen black bass (Micropterus salmoides) ya ha terminado la freza, llega el momento de más alto esplendor de su pesca. Buena prueba de ello es que los pescadores deportivos de esta especie, importada de Estados Unidos hace ya más de medio siglo, pueblan las orillas de los embalses y se lanzan a su captura; siendo los pescadores de embarcación los que más posibilidades tienen de triunfar, ya que pueden pescar en una extensión de agua considerablemente mayor. Con independencia de que se pesque el black bass desde orilla o embarcación, hay que destacar que la pesca con señuelos de vinilo es una de las técnicas más productivas para conseguir que el black bass llegue hasta nuestras manos. Existen varios estilos de pesca, entre los que destacan el Texas –donde el plomo es corredizo-, el Carolina –con el plomo fijo a una cuarta del señuelo- y el “drop shot”, ideal para la pesca vertical. Otros métodos en los que no se utiliza plomo son perfectos para la pesca en los extremos del día, y su uso difiere mucho de los estilos clásicos citados. En todo caso, hay que ir bien provisto de señuelos, ya que se pierden y rompen con facilidad, plomos y anzuelos. El resto del equipo será el acorde para poder lanzarlos y detectar la sutil picada del predador, sobre todo si es de buen porte, con línea de monofilamento de nailon.
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