A las 6:30 de la mañana nos juntamos en la plaza del pueblo, en total fuimos 12 pescadores, hubo un par de ellos que nos fallaron a última hora, por razones mayores. Como iba diciendo, partimos desde la plaza camino a Cogolludo, justo al lado del puente, era la zona que teníamos acotada.
Cuando llegamos allí, la temperatura que marcaban nuestros coches era de unos 12 º C, esto era a las 7 de la mañana, cosa que no nos dio buena espina, pues todos sabéis que los lucios prefieren el frío, más bien mucho frío para que estén más activos. Y es que las temperaturas que se están alcanzando en este mes de noviembre no son normales, parecen más bien temperaturas del mes de mayo.
Casi todos los que íbamos llevábamos las cañas y aparejos preparados, por lo que tardamos poco en tirar nuestros cebos al agua (que como todos sabéis eran tencas de picifactoría).
Tuvimos algunas picadas al principio, pero no terminaba de engancharse ningún lucio a nuestras poteras, así que pacientes esperábamos la picada de algún lucio ansioso por comer.
Mientras tanto, charlando con unos y con otros, observabamos encima del puente multitud de pescadores que habían venido desde distintas partes de España, sólo para pescar lucios.
Las horas pasaban y nada de nada, y en el puente ocurría lo mismo, más de 60 cañas había en el puente, y ellos tampoco sacaban nada.
Fue hacia las 10 de la mañana cuando Oscar consiguió sacar un lucio, que pesaría unos 2 kilos, como mucho, y desde ahí hasta las 12 se sacaron otros 5 más. José Luis, Oscar (otra vez), José Carlos y Ángel fueron los afortunados. El lucio que más pesó alcanzó los 2,700 kg, una miseria.
Mientras el día avanzaba y cada vez hacía más calor, como mucho una manga a las 11 de la mañana.
En toda la mañana vimos sacar desde el puente, sólo tres lucios, por lo que hasta fuimos unos afortunados.
A las 12 de la mañana dimos por concluida nuestra jornada y nos fuimos a tomar unas cervecitas al pueblo, que esas si se nos dieron bien. Queremos agradecer, como siempre, a los asitentes a la jornada y el buen compañerismo que hay entre nosotros. Entre risas, aguamiel (ron casero), salchichón, bocadillos y aceitunas pasamos la pobre jornada del lucio. Pero lo importante es que lo pasamos bien, a pesar del madrugón.
Un saludo, hasta la próxima, y disculpad por no poner antes la crónica.